Autor: Roberto B. Graña
Sociedad: Sociedade Brasileira de Psicanálise de Porto Alegre
Email: rbgranha@gmail.com
Título: Sartre ou o Inconsciente como Álibi
Edición: Editora Age, Porto Alegre, 2019
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Al publicar Une renaissance sartrienne (Gallimard, 2013), donde reúne entrevistas hechas con intelectuales, profesores, artistas y políticos en diferentes países del mundo, Annie Cohen-Solal, principal biógrafa de Sartre, se siente impresionada por la reanudación del estudio de la obra del filósofo en las más importantes universidades europeas y americanas. Frente a tal redescubierta de Sartre, profetizada por Barthes en los años 70 y personalmente confirmada por Cohen-Solal recientemente, y ante el rapport del Grupo de Estudios Sartreanos, que se reúne anualmente en la Sorbona el 21 de junio (día del nacimiento del nacimiento, que es Sartre es hoy “el escritor-filósofo más estudiado y más citado de su tiempo”, una pregunta se impone al pensador transdisciplinario del psicoanálisis: ¿Puede el pensar psicoanalítico contemporáneo permanecer indiferente a ese autor, cuando sus ideas no cesan de hacer trabajar las mayores inteligencias de los grandes centros de pensamiento en Humanidades?
Mi respuesta, como psicoanalista, escritor y pensador del psicoanálisis, se materializa en este libro. Sartre supo, como ningún otro autor, captar lo esencial de la subjetividad del hombre contemporáneo – y eso no se limita al vacío oa la desolación de la posguerra. Que Bernard-Henry Lévy lo presente como el filósofo del siglo, en su Le Siècle de Sartre, publicado en los 20 años de su muerte y en el primer año del siglo XXI, bien dice de su sostenida importancia en los campos filosófico y literario; su importancia para el psicoanálisis es a fortiori confirmada. Sartre supo apuntar la pérdida de la dimensión existencial en el marxismo, en el psicoanálisis y, desde el principio, también en el estructuralismo, al que se refería como un “positivismo de los signos”. Esta ausencia es justamente lo que decreta el declive del formalismo y conduce a un posestructuralismo a partir del cual el psicoanálisis contemporáneo necesitará ser necesariamente redescrito.