1. ¿Podría contarnos un poco sobre el proyecto?
El proyecto se inició en 2010 como una iniciativa producto de mi experiencia
como periodista parlamentario. Al advertir que muchos proyectos de ley
vinculados al campo de la Salud Mental y de la Salud en general tenían como
justificación fundamentos basados en el DSM y en perspectivas netamente
biologicistas y genéticas, dejándose de lado toda posibilidad de aporte de las
psicologías y más precisamente del psicoanálisis, se propuso la creación de un
programa destinado a detectar este tipo de iniciativas para confrontarlas,
enriquecerlas, problematizarlas y ponerlas en diálogo desde el campo
psicoanalítico.
Así nació el programa de Enlace Legislativo, por el cual se propuso que ante
cada iniciativa se pidiera una reunión a la cual un psicoanalista de la APA iría
a exponer nuestro punto de vista psicoanalítico sobre las problemáticas
abordadas en los proyectos de ley. Actualmente hay muchos proyectos de ley
sobre Depresión ADD/H, Autismo, etc., que en los fundamentos e -incluso- en el
cuerpo de los articulados de los proyectos, circunscriben el programa sanitario
a cuestiones meramente biológicas, obturando toda posibilidad de cura por la
palabra. El programa además incluye no sólo el pedido y concreción de reuniones
con asesores y legisladores, sino también la invitación para que participen en
actividades organizadas por nosotros en APA (Aborto, Autismo, Responsabilidad
Penal Juvenil, Identidad de Género, Abuso Sexual Infantil, etc.).
2. ¿Su proyecto está abierto a los analistas en formación? ¿Cuál es el peso que ud. atribuye a esta experiencia para alguien que está en formación?
Sí. De hecho la APA ha enviado a analistas en formación a participar de
reuniones y también a participar activamente en las mesas que organizamos desde
el Departamento de Psicoanálisis y Sociedad. Cuando inicié este proyecto yo era
candidato.
3. ¿Es una pelea muy grande implementar proyectos en cualquier institución, cómo realizó el trabajo en su sociedad?
El trabajo requiere muchas horas de trabajo, totalmente ad-honorem. Es un trabajo artesanal que compite contra el lobby de los laboratorios, que aportan mucho dinero para lo que se llama “gestión de intereses”. En principio se propuso al entonces presidente de la APA, Andrés Rascovsky, este programa, que fue puesto en marcha inmediatamente. Luego se siguió con el proyecto hasta el día de hoy.
4. ¿Las instituciones psicoanalíticas dan el apoyo y el reconocimiento necesario?
Es muy difícil. APA sí lo da, pero no hay instrumentos para financiar este tipo
de iniciativas en forma sostenida. Depende de la voluntad y el tiempo
disponible que uno tiene para “donar”.
5. En su opinión, ¿qué sería importante para creación de nuevos proyectos para la continuidad de los que están en curso?
En principio, más allá del reconocimiento, que siempre es bienvenido, tener la
posibilidad de tener soporte económico sería un componente que ayudaría
sobremanera a la prosecución de eta iniciativa.
6. ¿Cree que el premio IPA dará más visibilidad a este trabajo? ¿Cuáles son sus expectativas para el cambio, después de recibir el premio?
Sí, el premio da más visibilidad y logró interesar a muchos psicoanalistas sobre la importancia de tender puentes con los efectores públicos en políticas en el campo de la Salud Mental, cuesta mucho -de todos modos- vencer resistencia de carácter ideológico-político que perjudican el tendido de canales de diálogos con diferentes exponentes partidarios que ocupan cargos de gestión en diferentes instancias republicanas. Considero que el diálogo debe ser una política psicoanalítica.