¿Necesita el bebe de la presencia permanente de la madre?

Continuando con las reflexiones sobre el desarrollo de los bebés, Semillar trae otro texto de Ilana Luksenburg, Analista en Formación de la Asociación Uruguaya de Psicoanálisis (APU).

Si bien en los primeros días o semanas es frecuente esta situación – es decir, la presencia permanente de la madre en le vida del bebe, y viceversa -es saludable que con el correr del tiempo estas necesidades, tanto en la madre como en el bebe, vayan adoptando otra forma.

Es muy frecuente que los primeros tiempos luego del nacimiento, a la madre le cueste separarse del bebe. Pero a pesar de eso, con el paso de los días, y paulativamente, muchos bebes comienzan a lograr prescindir de la presencia permanente de la madre.

A modo general podríamos decir que el bebe, luego de los primeros tiempos, no necesita de la presencia constante de la madre. Así como tampoco es bueno para el bebe la ausencia prolongada de la madre, si aún no está “preparado” para eso.

Podríamos decir que durante los primeros años de vida el niño tiene que lograr paulativamente desprenderse de la madre, tanto físicamente como psíquicamente. Esta conquista tan importante para su desarrollo emocional va a depender en gran parte del tipo de vínculo que se establezca entre ambos.

¿Cómo empieza el bebe a desprenderse de la madre? ¿Cómo comienza a tolerar su ausencia?
Para esto, entre otras cosas, el niño va a necesitar, progresivamente, de momentos de ausencia de la madre – al principio cortos – que alternen con los momentos de presencia. Esto generalmente se va a dar de manera natural y progresiva cuando la madre vuelve a sus rutinas, que seguramente no sean exactamente las mismas que antes, pero que ven a ser actividades que la van a alejar diariamente del bebe, quien va a quedar al cuidado de otro adulto, muchas veces el padre.

Vemos entonces que la alternancia presencia-ausencia de la madre, va a promover además “la entrada” en la vida del niño de los otros adultos significativos, tan importantes para su desarrollo.
Es necesario que estas ausencias de la madre estén previamente apalabradas y acompañadas de afecto, ”Mamá se va a trabajar, y después vuelve” etc, y al regreso también “Hola bebe, te extrañé mucho”, etc. Por supuesto que no va a
ser el significado literal de las palabras lo importante para el bebe, sino el tono afectivo y el contacto corporal lo que lo van a ayudar a ir teniendo una representación mental de la experiencia, es decir lo van a ayudar a ir comprendiendo “lo que está sucediendo”.

Esta alternancia entre presencia y ausencia va a ser muy importante también para el niño porque le va a permitir ir reconociendo que la madre “no es parte suya”, que es “otra persona”, pero que así como se va, vuelve.

Y esto le va a permitir ir “elaborando” el desprendimiento, la separación con la madre. Es decir, esto va a ayudar a que la ausencia de la madre no sea vivida por el bebe como un abandono catastrófico, sino como una ausencia esperanzadora, con promesa de reencuentro.

Junto a esto, se ha visto que el niño pequeño recurre (con la facilitación del adulto) a la “utilización” de objetos (juguetes o telas), que a la vez que lo calman le permiten también tolerar y transitar de mejor manera la ausencia de la madre.
En este sentido, vemos que los muñecos de textura suave (peluches), y con rostro humano y lindo gesto (muñecos, ositos, perritos) son buenos objetos con los cuales el bebé va a poder interactuar. Le van a permitir calmarse, ya que le evocan al vínculo que ya ha establecido con su madre. Hay niños que prefieren en vez de muñecos, alguna tela suave (frazadita, sabanita), que también parecen ser evocadoras del vínculo con la madre.

Es muy común que los niños “utilicen” estos objetos para dormirse también, durante sus primeros años de vida. Esto es muy saludable, como decíamos, porque los ayuda a “separarse” de su madre, a poder prescindir de su presencia permanente y así poder dormir mejor.

Vemos entonces que a través de diferentes aspectos de su vida cotidiana – la alternancia natural de presencia-ausencia de la madre, la entrada en su vida de los otros significativos (padre, pero también abuelos, cuidadores, etc.) y la utilización de los juguetes y objetos de su entorno – el bebe va a lograr ir progresivamente desprendiéndose de la madre, es decir tolerando su ausencia, lo que va a representar un importante logro en su desarrollo.

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