Las famílias en los nuevos contextos

Hoy la columna Semear cuenta con el rico aporte de la Psicoanalista Argentina Nora Koremblit de Vinacur. Preparamos dos publicaciones para compartir las ideas del autor con nuestros lectores. En esta primera parte, Nora nos contará sus observaciones sobre las diferentes etapas durante el período de cuarentena en su país. En la próxima publicación continuará desarrollando sus ideas sobre los afectos despertados en este período, así como los temas que rodean las desigualdades sociales que marcan la América Latina.

Las famílias en los nuevos contextos.*

Lic. Nora Koremblit de Vinacur

Associación Psicoanalitica de Argentina

Psicóloga, Psicoanalista Miembro titular en función didáctica de APA y Especialista en Niños y Adolescentes

Es un muy buen momento para reflexionar en donde estamos, como sociedad, como continente y como mundo en general .En esta oportunidad quisiera referirme acerca de las familias en estos nuevos contextos. Creo que antes que nada pensar en lo que estamos viviendo en Latinoamérica nos hace muy distintos al resto de los países del mundo. En nuestro contexto latinoamericano, hablar de las familias implica hablar también de desigualdades.

En nuestro país (Argentina) ya llevamos prácticamente más de 100 días de cuarentena absoluta, o confinamiento familiar que paulatinamente se fue levantando en función de las necesidades específicas y las tareas esenciales que a nivel poblacional se iban necesitando. Si tenemos que hablar de fronteras, tenemos que considerar a distintos aspectos de las mismas.

Quisiera referirme a mi propia frontera que es la familia o las familias. Quiero tomar lo público, lo privado y lo íntimo, y tratar de pensar cómo se puede sostener en tiempos de pandemia. ¿Lo que antes era privado de golpe se hace público?  ¿ En forma repentina se pierde la intimidad?

Esta es la queja que se escucha en las consultas, no sólo en los padres sino también en los mismos hijos, sobre todo en los adolescentes. ¿Cómo encontrar espacios privados en medio de un lugar común que es la casa donde toda la familia habita? Resulta inevitable que la dinámica familiar se altere, en situaciones tan límites como la que estamos viviendo.

En mi experiencia clínica, observo que en algunas familias estas medidas han entorpecido de un modo muy importante y en otras, curiosamente las han favorecido. No es lo mismo considerar lo que ocurre con niños pequeños, que con latentes o adolescentes. Está claro que lejos está de ser la posibilidad de compartir unas lindas vacaciones lo que se pensó en un primer momento. “No es tan malo la pandemia” decía un niño de 5 años al reconocer que estaba junto a sus padres las 24 horas del día.

Yo quisiera dividir los diferentes estados anímicos por lo que se fue atravesando.

Al comienzo fue necesario comenzar a acomodarse. Estaba la alegría en muchos niños de poder compartir más tiempo con sus padres y poder dividir tareas para que todos colaboren en la limpieza hogareña de la manera posible, conductas maníacas en algunos relatos.

En un  segundo momento y al ver que se prolongaba en el tiempo se empezaron a brindar clases por la plataforma zoom para niños en diferentes etapas escolares, tanto jardines de infantes de 1 año de edad como primaria, secundaria y universitaria. Recordemos que nuestro confinamiento en Argentina, comenzó con muy pocos casos infectados de Covid y luego de haber comenzado el año lectivo y transcurrido apenas 2 semanas de clases.

Esta descripción da inicio a una segunda etapa de confusión donde los niños tienen que trabajar con plataformas virtuales y en la mayoría de las ocasiones compartir el espacio físico y psíquico con sus padres en teletrabajo. Esto despertó mucha ansiedad y desesperación: dispositivos que resultaban tan denigrados por los adultos en tiempos anteriores, que creíamos que eran totalmente perjudiciales en ciertas ocasiones y tiempos pasados, resultaban ser muy cotizados por toda la familia.

Esto fue llevando a un gran período de aprendizaje mutuo donde las redes en ocasiones no eran suficientes para abastecer a todo el grupo familiar. Organizar los trabajos de los padres de modo virtual, acompañar a los hijos en sus tareas escolares con exigencias que por momentos se fue transformando en algo absurdo pensándose como si se estuviera en una escuela real. Al mismo tiempo se fue viendo una percepción paranoide entre los adultos. Los padres se sentían observados si sus hijos cumplían con la tarea les devolvía la sensación de ser buenos padres ayudándolos a  conectarse en forma adecuada y cumpliendo con la tarea escolar requerida. Los docentes del mismo modo al ser observados por los padres mientras duraba el tiempo de clase, también se les despertaban las mismas ansiedades.

Quisiera detenerme un momento en este aspecto ya que los docentes  tuvieron que adaptar repentinamente lo aprendido y habitual a nuevas plataformas virtuales que ni ellos conocían.

Continuará…

* Texto presentado previamente en la Jornada de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis – Socolpsi – y adaptado para publicación en Columna Semillar.

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