La nube del golpe

Postos Opostos #1, Fotografia ano 2021, de Cadeh Juaçaba*

La nube del golpe

Por Ana Valeska Maia Magalhães
Psicoanalista de la Sociedade Psicoanalítica de Fortaleza – SPFOR

La previsión meteorológica para el domingo 8 de enero de 2023, en Brasilia, anunciaba que el día estaría nublado.

De hecho, la paleta del cielo amaneció gris plomizo. Pero el peso del tiempo se hizo evidente por la tarde, cuando resueltamente miles de bolsonaristas invadieron la Praça dos Três Poderes. Vistos desde lejos, sus pequeños cuerpos teñían el espacio de verde y amarillo. Rápidamente ocuparon rampas y techos, ensuciando la icónica arquitectura de Oscar Niemeyer. Como una nube de langostas que ataca vorazmente una cosecha, los vándalos se desplazaron al interior de los edificios del Palácio do Planalto, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal para destruir todo lo que encontraban: derribaron puertas, rompieron ventanas, despedazaron objetos históricos, apuñalaron cuadros, grafitearon esculturas y destrozaron documentos. Ni siquiera el escudo de la República escapó a la violencia de la turba. El objetivo era materializar el plan golpista de destituir el poder recién establecido por las normas democráticas e instaurar una dictadura en el país.

Puede parecer inverosímil, pero el caos tiene sus estrategias. Hoy en día, la mente caótica domina un lenguaje altamente funcional de algoritmos y se organiza con el dominio de las herramientas tecnológicas de la era digital, alimentando burbujas conspirativas rellenas de mentiras. Psíquicamente, el llamado llega al núcleo de las fragilidades cartografiadas. Un escenario de amenaza constante es engendrado en el subsuelo de las nubes en Internet. El portavoz del delirio negacionista se presenta como un padre ungido por lo divino, que no teme a la ley. Y los hijos, empoderados por el sello de la autoridad paranoide, se distancian de la realidad, creyendo que pueden todo.

Aceptar el resultado de las elecciones es lo que se espera en el pacto civilizatorio. Negar la derrota es socavar la posibilidad de la convivencia democrática. Este desafío de sostener la democracia se hace urgente, sobre todo en las frágiles democracias de América Latina, forjadas en lo que persiste de resabio colonialista, jerárquico y racista. En Brasil, la Constitución Federal consagra la dignidad de la persona humana y el pluralismo político, y pretende promover el bien de todos, teniendo como una de sus metas la erradicación de la pobreza y la marginación.  Dentro del historial de injusticias sociales que nos marcaron como pueblo, la concreción de estos objetivos exige una serie de cambios estructurales que no se producirán sin la maduración de una sociedad que asuma la responsabilidad de mantener la verdad, que honre su memoria y que se esfuerce por promover una reparación. Ser firme en el respeto a las leyes es la condición misma de garantía de lo contradictorio y de la justicia social.

El antiguo reloj que trajo Dom João VI, cuando la familia real portuguesa desembarcó en Brasil a principios del siglo XIX, fue convertido en carcasa durante la invasión de Brasilia.  Simbólicamente, este acto plantea lo siguiente: ¿era la intención de los vándalos detener el tiempo? ¿Volver a una época sin garantías de inclusión social?

Que el arte sea uno de los blancos predilectos de la depredación cultural, de quienes no soportan convivir con la diversidad, tal vez tenga que ver con las posibilidades de lectura que aporta lo que nos atraviesa. Por ejemplo, en 2019, también en Brasilia, un grupo agitaba banderas del Imperio. El anacronismo de la escena que clamaba el regreso del rey llamó la atención del artista Cadeh Juaçaba, quien desde hace algunos años desarrolla en sus obras un cuestionamiento crítico sobre el uso y apropiación de los símbolos oficiales, tal como los bolsonaristas hicieron con los colores y la bandera de nuestro país. La imagen de la obra del artista “Postos Opostos”, de 2021, dialoga con los textos de esta edición de Conexão Fepal.

El golpe del 8 de enero fracasó, pero lo que alimenta el fantasma del golpe sigue rondándonos. Por estas y otras razones, la implicación de los psicoanalistas en las cuestiones sociopolíticas es urgente. Ante la pesada nube que se ha formado, serán necesarias acciones continuas en favor del fortalecimiento democrático. La luz de un futuro común multicultural y multiespecie, con sustentabilidad planetaria y estabilidad democrática, necesita nuevas percepciones y acciones. Desaprender fórmulas gastadas, reinventar la vida, reaprender de la sabiduría de los pueblos ancestrales de América Latina. Queda mucho por hacer, por resignificar, por volver a soñar.

* El artista Cadeh Juaçaba (Fortaleza, Brasil) desarrolla un trabajo de investigación conceptual y visual a partir de símbolos oficiales, como las banderas y escudos de estados y países. Actualmente participa en la exposición “Brasil Futuro: las formas de la democracia”, en el Museo Nacional de la República, curada por Lilia Schwarcz.

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