El fanatismo históricamente adhiere a la defensa de una verdad única que excluye la duda y solo da certezas, y también promueve dependencia de los adeptos a los líderes o a las ideas que siguen, con una entrega absoluta a esa verdad.
Vemos entonces que el fanatismo no acepta la dispersión, ni la diferencia. Nadie puede “desmarcarse” de esa única verdad. Desde esta perspectiva nos pareció representativo el trabajo de Luis González Palma en su serie MAYA, la ilusión de la realidad. En el hinduismo “maya” es la ilusión, una imagen ilusoria o irreal, representada como un concepto o estado mental. El artista guatemalteco, a través del empleo de la fotografía en blanco y negro, llevada al color sepia, nos invita precisamente a “desmarcarnos”. En la composición de estas cuatro obras, su propuesta resulta inquietante: ¿Cuál es el marco verdadero? ¿Cuál es el cuadro? ¿Dónde está el contenido? “Desmarcarse” es tomar distancia de una posición, la misma que podemos hacer al mirar su obra, o la que podemos realizar hoy y siempre ante el permanente reciclamiento de los imperativos aniquiladores del deseo que imponen los fanatismos.
En tal sentido Soledad Sosa, en Marcadores de Calibán, también se “desmarca” y nos propone pensar qué parte de nuestro malestar en la cultura queda expresado en la creciente disgregación, fragmentación y exceso en los fenómenos de segregación y fundamentalmente en la exclusión. No obstante, admite que la exclusión está en la lengua, siempre hay algo excluido que nos interroga, “si esa exclusión se erotiza -como en el fanatismo- ¿se formula un síntoma?” Así promoveríamos el síntoma, desde la construcción de un rasgo que haga diferencia y que de ese modo pueda nominar a los marginados, procurando evitarles el lugar de «fuera de discurso» que se pretende de ellos, desclasados, desmarcados, los fuera del marco. Los textos de Calibán que acompañan esta Conexión FEPAL dan cuenta de ello.
En este número proponemos cuatro perspectivas para el abordaje del fanatismo y la realidad psíquica, perspectivas que difieren de lo que plantea Maria Elizabeth Mori en su artículo. Cada uno tiene su propia opinión. La autora parte de esta expresión cotidiana, nacida de discusiones inconciliables, como una forma fanática de clausura del diálogo. Ella, en un rápido recorrido por la filosofía, recoge de algunos pensadores nociones tales como “la ética de la alteridad”, “la actitud de hospitalidad para con el otro”, la acción comunicativa y la búsqueda de consenso, pero a su vez “la aceptación de un punto de disenso irreductible”, todos conceptos
favorecedores de instancias reflexivas que limitan el pensamiento fanático. “Abrir pequeños resquicios para avizorar otras posibilidades que otorguen fluidez al pensar y al sentir, (…) producto de la capacidad de simbolización, de la capacidad de juego, de la capacidad negativa y de la tolerancia de la incerteza” es el desafío que propone Fryné Santiesteban Palomino en Apuntes sobre el fanatismo. La psicoanalista se adentra en la estructura psíquica del fanático, señalando como carencia la falta de imaginación que podría abrirle “un mundo de posibilidades que terminen cuestionando lo que cree ser la verdad”. “Cuando Freud afirma que el signo de realidad para el sujeto es aquél que coincide con su valoración afectiva -sancionada como verdad por el superyó- nos está esclareciendo el sustrato pulsional del fanatismo”, precisa Marcelo Toyos en su ensayo Lo incorregible. Allí el autor propone revisar una corrección que Freud hace en “El Yo y el Ello” por haberle atribuido anteriormente al Superyó la función de examen de la realidad. También Sodely Páez, indagando mecanismos y raíces inconscientes subyacentes, esboza en su escrito Psicoanálisis y fanatismo una aproximación
al pensamiento fanático. La autora destaca en la obra freudiana algunos mecanismos en los fanáticos, tales como la disolución del yo y la desaparición de los sujetos psíquicos, arrastrados en manada por los mandatos y designios de sus líderes carismáticos, con “la ilusión de encontrar en ellos la figura del padre todopoderoso y protector, que no encontraron en su más temprana infancia”.
En la sección Conversaciones abrimos la puerta para que cada lector ingrese al espacio de escucha En lengua viva: FEPAL hoy. En esta oportunidad compartimos el diálogo distendido y cálido entre Alicia Ángeles Ramírez y Pablo Santander, actual tesorero de FEPAL. La charla transcurre por distintos temas, pero hace foco en el fanatismo presente en la vida privada, institucional y social. En todo su recorrido, este número de Conexión FEPAL Fanatismo y realidad psíquica intenta poner en evidencia, a través de los diferentes autores y sus narrativas, que resulta esencial estar advertidos sobre el totalitarismo que habita en los discursos que proclaman ser la causa última y la verdad, también sobre sus distintas encarnaciones en las figuras de autoridad de turno -disfraces que el fanatismo usa para impregnar de sentido las experiencias humanas, los discursos y proyectos. En su reverso, como lo plantea Lacan, la clave del psicoanálisis es volver a retomar el proyecto freudiano por el revés, desmarcados aun del propio fanatismo que puede anidar entre nosotros.