1 – ¿Qué significa para usted ser un representante de América Latina en el Board de IPA y cuál es la importancia de la comunicación entre los representantes y FEPAL?
Voy a contestar desde mi experiencia de estar finalizando en julio próximo, un primer período como Representante Latinoamericana a la Junta Directiva (Board) de la IPA. A lo largo de estos casi dos años en las reuniones plenarias de la Junta Directiva hemos apoyado una agenda fecunda de proyectos en el psicoanálisis internacional, sin perder de vista los asuntos de nuestra región, razón primaria de nuestra participación.
Una de nuestras funciones primordiales como representantes por Latinoamérica a la Junta Directiva (Board) de la IPA es la función de enlace. Como seguramente ustedes saben la Junta Directiva está integrada por 7 Representantes por cada una de las regiones actuales de la IPA, 7 por Latinoamérica, 7 por América del Norte y 7 por Europa. Cada Representante latinoamericano tiene por función ser el nexo entre la IPA y un número de Sociedades latinoamericanas asignadas al comienzo de la gestión.
Nuestra tarea es mantener a las sociedades informadas de los temas tratados en las reuniones de la Junta Directiva, así como también llevar al Board, las inquietudes, interrogantes que cada una de las asociaciones quiera transmitir ya sea en forma particular o en forma conjunta a través de FEPAL. Después de cada una de las reuniones del Board se elabora un informe consensuado por todos los participantes de los temas tratados en la reunión y se envía a los presidentes de todas las asociaciones latinoamericanas para que lo hagan llegar a los miembros y a FEPAL.
La participación en la reunión anual de presidentes de FEPAL brinda una oportunidad invalorable para establecer contacto directo y personal con cada uno de los presidentes de las asociaciones latinoamericanas favoreciendo la posibilidad de un intercambio más fluido a lo largo del año. Estar al tanto de las distintas realidades que se vive en cada país, incluso en las distintas asociaciones de un mismo país, nos ayuda enormemente a llevar a cabo nuestra función de nexo.
2 – El mundo está caótico, los principios que guían el tratado de los “Derechos Humanos” están siendo atacados cada vez más. Para usted, ¿qué es lo que el psicoanálisis tiene que ver con eso?
El psicoanálisis no puede permanecer ajeno. Formamos parte de la escena. Estamos afectados como sujetos, como analistas por esa “multiplicidad móvil de relaciones de fuerza, inmanentes y propias del campo en el que se ejercen”[1] (M. Foucault). Nuestra práctica está atravesada por los modos instituyentes de nuestro tiempo.
Nuestro desafío es no sólo animarnos a revisar conceptos hegemónicos, des-centrar, de-construir y crear nuevos dispositivos sino también poder reconocer y hacernos cargo de nuestras propias representaciones en conflicto, cuestionando la herencia para permitir su transformación.
En este sentido la nueva estructura IPA en la Comunidad creado por esta administración latinoamericana liderada por Virginia Ungar y Sergio Nick lleva implícita la decisión de participar activamente en la comunidad, en educación y salud cerca de los profesionales que están enfrentando estas difíciles situaciones de violencia en distintos niveles contra las mujeres, los niños, los refugiados, trabajando junto a las organizaciones humanitarias (Naciones Unidas, UNICEF, UNESCO; los Médicos sin Frontera.
3 – ¿Qué piensa sobre los modelos de formación en los institutos de enseñanza y también sobre la autonomía de las sociedades psicoanalíticas en relación a los modelos vigentes?
En relación a los modelos vigentes me parece importante que cada sociedad tenga autonomía para elegir el modelo que más se adecue a sus necesidades y a su idiosincrasia.
- ¿Qué piensa Ud. sobre la integración de los candidatos (representantes) en las directorías de los institutos?
Me parece imprescindible la participación de los candidatos en los institutos para favorecer el contacto fluido, permitiendo a los institutos tener feed back de los candidatos en relación a su formación. Mi experiencia por haber sido parte del Comité ejecutivo de IPSO durante la formación y años más tarde miembro del Comité IPA/IPSO de la IPA me ha permitido concluir que una activa participación institucional durante la formación crea sentimientos de pertenencia no sólo hacia la sociedad en la cual se está realizando la formación sino también hacia FEPAL y la IPA.
- ¿Qué piensa Ud. sobre la categoría de “analista didacta” en los institutos?
En mi Asociación APdeBA (Asociación Psicioanalítica de Buenos Aires) analista didacta no es una categoría sino una función que se solicita.
- ¿Considera que existe diferencia entre el análisis personal y el didáctico? ¿En qué sentido?
Desde mi experiencia personal como paciente y como analista didacta es que el análisis didáctico encuadrado en la formación es un análisis.
- ¿Cuáles son para Ud. las profesiones que se admiten para el ingreso al instituto? ¿Médico o psicólogo únicamente? ¿Otras?
En mi sociedad solo se admiten médicos y psicólogos ya que de acuerdo a la Ley Nacional Argentina sólo se permite el ejercicio de la psicoterapia y el psicoanálisis a médicos y psicólogos.
4 – Las sociedades psicoanalíticas han intentado hacer cambios, teniendo en consideración factores sociales, políticos y culturales. ¿Cuál es su opinión respecto al “análisis a distancia” para personas que residen en regiones distantes de los grandes centros?
Permite que personas que de otro modo se verían imposibilitadas de analizarse ya que habitan en lugares donde no hay psicoanalistas, puedan acceder a la posibilidad de analizarse.
5 – Teniendo en cuenta el texto de Freud “Recordar, repetir, elaborar”, ¿de qué forma el psicoanálisis puede contribuir con el tema de la memoria colectiva y de los lazos sociales? En este contexto, ¿cómo analizar las palabras de orden: “Nadie suelta la mano de nadie”, “Tortura nunca más” o “Recordar para nunca olvidar”?
El psicoanálisis ha tenido y seguirá teniendo mucho que decir al respecto. Una nueva caracterización de la memoria se produce cuando deja de estar asociada a la preservación estática de un saber ya constituido y se revela como construcción, como memoria en movimiento. La memoria implica trabajo. Coincido con Lía Jelin que plantea que el espacio de la memoria es también un espacio de lucha política, en este sentido debemos estar atentos los psicoanalistas a los procesos de construcción de las memorias colectivas de los cuales también participamos.
6 – El próximo congreso de FEPAL, en 2020, tendrá como tema “Fronteras”. ¿De qué punto de vista abordaría las fronteras psicoanalíticas?
Necesitamos instituciones en interlocución permanente con otras disciplinas. Los sufrimientos y malestares contemporáneos conllevan la fragilización del orden simbólico. La impunidad, el abuso de poder, y el avasallamiento de la subjetividad son moneda corriente.
Dar cuenta de la
paradoja de un sujeto a la vez singular y múltiple en situación, del entramado
sujeto, vínculo, cultura, constituye nuestro desafío. Un pensamiento en los
bordes, horizontal, que trabaje en la inmanencia, que tome en cuenta la novedad
y la diferencia puede ayudarnos.
[1] Foucault, M. (1976) Historia de la sexualidad. 1. La voluntad de saber. Siglo XXI. Buenos Aires. 2011.