Andrés Gaitán González es candidato a la presidencia de la Federación Psicoanalítica de América Latina – FEPAL, miembro con funciones didácticas de la Sociedad Psicoanalítica de México.
1. ¿Cuál es el significado de FEPAL para América Latina? ¿Cómo piensas el futuro de nuestra federación?
La FEPAL es un conjunto de organizaciones psicoanalíticas con objetivos similares, todos tendientes a promover, fomentar, apoyar y auspiciar el estudio, el intercambio, la investigación, la transmisión, la difusión y en general el desarrollo del psicoanálisis.
El trabajo conjunto siempre rinde más frutos que los esfuerzos individuales, y la FEPAL sirve al movimiento psicoanalítico latinoamericano para presentarse en un frente común como el procedimiento de elección para lidiar con el sufrimiento emocional.
El futuro de nuestra Federación es seguir creciendo, ayudando a las personas interesadas en desempeñar nuestra disciplina en aquellos lugares donde aún no se conoce a organizarse formando nuevos puntos de desarrollo, hasta lograr que esta noble actividad se encuentre al alcance de la mayor cantidad de individuos posible.
2. En su propuesta de trabajo, ¿qué diferencias hay en relación con la ya concebida, ¿cuáles son las novedades en su plataforma?
Tal vez una novedad de esta propuesta de trabajo sea hacer explícito y volver real el interés por que las organizaciones con menor número de miembros participen en forma más directa y activa en la toma de decisiones de la Federación. Es por ello que al menos dos posiciones con voto en la chapa electoral presentan miembros de organizaciones de este tipo: La Sociedade Psicanalítica de Pelotas y la Asociación Panameña de Psicoanálisis. Además, en caso de ser elegidos, en los planes de trabajo habrá propuestas que fomenten el que estas organizaciones tengan mejores oportunidades de intercambio científico.
Tal vez valga la pena señalar también que, siendo la FEPAL una Federación de organizaciones y no un conglomerado de miembros individuales, se ha hecho un esfuerzo por que los puestos en la Comisión directiva sean ocupados por representantes de sus organizaciones de pertenencia, y no por razones de amistad o interés político.
3. Varios países de América Latina están experimentando graves crisis políticas, que a veces amenazan los principios democráticos y los Derechos Humanos. ¿Cómo puede contribuir el Psicoanálisis a las Políticas públicas?
El psicoanálisis ofrece explicación a las motivaciones del quehacer humano, y por tanto puede proveer argumentos para orientar programas de prevención, lo cual debe ser el punto nodular de las políticas públicas. A su vez el movimiento psicoanalítico, en voz de sus representantes, puede ayudar a sensibilizar a la población hacia una toma de decisiones de mayor calidad por estar mejor informada y ser más producto de la reflexión.
4. ¿Cuál es el papel de las instituciones psicoanalíticas en relación con la sociedad?
Principalmente, como instrumento terapéutico para reducir el sufrimiento. Muchas organizaciones psicoanalíticas cuentan con programas de asistencia social en los que ofrecen alternativas de tratamiento a costos accesibles para la población que no cuenta con los recursos suficientes como para pagar el precio normal.
También es cada vez más común que estas instituciones se organicen ofreciendo intervención gratuita en situaciones de emergencia y crisis, como la actual situación mundial sanitaria, o los terremotos, inundaciones y demás catástrofes naturales.
Es importante resaltar también que la formación psicoanalítica no capacita exclusivamente para ejercer el psicoanálisis, sino que los psicoanalistas pueden muy bien implementar otros métodos de intervención según la necesidad que haya de resolver, por ejemplo, con técnicas de intervención en crisis, grupales, familiares, o de trabajo con grupos específicos como adicciones, personas mayores, pacientes terminales, pérdidas y duelos, y un largo etcétera.
5. ¿Cómo describirías la producción científica del Psicoanálisis Latinoamericano?
A la vez vasta e insuficiente. Es mucho lo que se trabaja y se está aprendiendo, a pesar de que la difusión es una asignatura pendiente debido a que los costos de producción y distribución no se recuperan adecuadamente.
Parece inevitable que el futuro sea a través del internet y las redes, aunque eso hoy todavía limita su conocimiento a un grupo muy específico que es el que domina y maneja la información cibernética.
También debemos fomentar que los psicoanalistas latinoamericanos escribamos mucho más que lo que lo hacemos actualmente, ya que mucha de la sabiduría no queda plasmada en un texto, siendo la producción escrita muy inferior a lo que podría lograrse.
6. ¿Cómo crees que es la transmisión en los Institutos de formación psicoanalítica? ¿Existe la necesidad de cambios en los planes de estudio debido a las transformaciones socioculturales de las últimas décadas?
Aunque tenemos muchas cosas en común, Iberoamérica es un mosaico en el que sus países y las regiones dentro de los mismos presentan marcadas diferencias y características propias, por lo que debemos respetar la autodeterminación y la autonomía en la toma de decisiones.
Creo que un gran acierto son los Encuentros de Institutos que organiza la FEPAL, en donde directivos y representantes de las distintas organizaciones se reúnen para presentar sus formas de trabajo, discutir los temas que les interesan y retroalimentarse unos a otros para después mejorar sus planes de estudio según las propias necesidades y expectativas. También me parece fundamental que en estas reuniones participen cada vez de manera más activa los analistas en formación, con lo que a la vez conocen las semejanzas y diferencias entre su institución de pertenencia y las formas de trabajo de otros lugares, opinan y aportan con sus inquietudes, ideas y expectativas, y pueden volver a sus lugares de origen con propuestas frescas y mayor conocimiento del quehacer de formación y transmisión del pensamiento psicoanalítico. Esto mismo se logra también con los intercambios académicos entre institutos, que cada vez son realizados con mayor frecuencia.
7. ¿Qué permanece y que necesita cambiar en relación con la práctica clínica?
A mí me parece que la práctica clínica psicoanalítica no necesita cambiar.
No hay que confundir el psicoanálisis con los psicoanalistas: ser psicoanalista no te obliga a solamente practicar psicoanálisis, y es decisión personal el método que cada quien decida es el mejor para la persona que acude solicitando ayuda; yo estoy convencido de que el proceso psicoanalítico es la mejor opción para la gran mayoría de los casos, pero en última instancia lo único que hay que respetar es que el trabajo que se haga siga estándares éticos rigurosos.
8. En un entorno de polarización política que impera en América Latina ¿cómo puede contribuir el Psicoanálisis al entendimiento de la diferencia de pensamientos?
No sólo el psicoanálisis, y no sólo en América Latina, considero que un concepto clave es: tolerancia ante las diferencias.
9. Cuéntanos algo sobre ti.
Soy una persona común, casado con Ada desde hace 32 años. Ella ha sido lo mejor que me ha pasado, compartiendo juntos éxitos y sinsabores, pero siempre uno empujando al otro hacia adelante. Soy padre orgulloso de sus dos hijos y abuelo de un hermoso nieto de casi tres años con el que disfruto mucho jugar, pasear, contar historias… en fin, estar.
Valoro mucho la amistad y creo que el grupo de amigos que he logrado conservar a lo largo de los años es de mis haberes más preciados: charlamos, viajamos, cantamos y sé que contamos unos con otros en cualquier circunstancia.
Mi hermano Avelino es prácticamente el único vínculo con mi historia infantil, y ser colegas hace que nuestros momentos juntos sean muy enriquecedores en todos los sentidos.
Profesionalmente me encanta mi trabajo, y es la actividad en la que invierto más tiempo de mi vida. El placer de asombrarme cada día con algo nuevo que surge del trabajo en el consultorio o de una lectura o de conversar con mis colegas es inagotable, y hace que todos los días sean diferentes, a pesar de lo rutinario que puede ser, y se complementa con la labor comunitaria que durante muchos años realicé en la Cruz Roja o en momentos de necesidad por emergencias o catástrofes, o el trabajo que ahora me ocupa: formar equipos de trabajo con otros psicoanalistas para potenciar el beneficio que nuestra profesión puede proveer a la comunidad.