Entrevista con Roberto Bittencourt Martins

Portada del libro “Literatura Comparada e Psicanálise”, coordinado por los professoras profesores de literatura Léa Masina y Vera Cardoni.

“Estamos influenciados permanentemente por las existencias que vivimos a través de personajes creados por autores de ficción. Identificados con ellos, nos embarcamos en mundos diversos de aquel en el cual vivimos. Será un escape de la realidad, pero nuestros horizontes se expanden en nuevos conocimientos psicológicos

Roberto Bittencourt Martins es psicoanalista, miembro de la Sociedade Brasileira de Psicanálise do Rio de Janeiro (Rio-2).

Entrevistado por Tiago Mussi

1-¿Cuál es la relación entre literatura y psicoanálisis?

Estas relaciones son múltiples. Para comenzar: la literatura ha inspirado al psicoanálisis desde sus comienzos: Edipo de Sófocles, la Gradivia de W. Jensen… O, también en el ensayo sobre el parricidio de Dostoievski , donde el padre del psicoanálisis hace un estudio psicoanalítico de la obra de un escritor, como expresión de conflictos en su desarrollo emocional. Además, están las investigaciones sobre las fuentes de la creación literaria, materia de conferencia de Freud sobre escritura y fantasía. Incontables psicoanalistas se interesaron sobre estos temas. Yo mismo escribí sobre este temática. La última, hace 20 años, en un libro coordinado por la profesora de literatura Lea Masina e Vera Cardoni, Literatura Comparada y Psicoanálisis. Otro ejemplo, lo encontramos en “La segunda respuesta de Ariosto” donde se continúa el diálogo con Freud iniciado en 1908 de sus observaciones del juego infantil tanto en el análisis del pequeño Hans como en  el juego del carretel. En él, imagina un posible intento de elaborar  uno de los grandes dramas humanos: la angustia de separación.  Desde el nacimiento, ingresamos a este inevitable duelo por las pérdidas que vivenciamos a lo largo de la existencia, con la conciencia de sufrimiento que estas acarrean.

Otro aspecto de la relación entre literatura y psicoanálisis que podemos  señalar, está en el material de su construcción: la palabra, “piedra de toque” de ambas, en una feliz expresión de la profesora de literatura Maria Helena Martins. Por medio de la palabra, el analizado comunica al analista, aquello que está ocurriendo en su mundo interno; por la palabra el analista transmite su visión psicoanalítica. Gestos, entonaciones de voz actos e incluso silencios son transformados en palabras en la comunicación entre analista y analizado.  El enfoque de ambos se plasma en la revelación de las fantasías inconscientes del analizando, pero donde el analista tendrá que tener especial cuidado de diferenciarlas, de  sus propias fantasías. Aquí, podemos mencionar otro punto de convergencia entre el psicoanálisis y la literatura:  ambas se ocupan de fantasías, tomando esta palabra en el sentido más amplio. Podemos recordar que esta palabra deriva del helénico Phantasos, que en la mitología griega, servía de auxiliar de Morfeo quién era el responsable de la producción de sueños. Sueños que, como sabemos desde Freud, son representaciones de cumplimientos de deseos inconscientes.

En la literatura, podemos destacar dos momentos en esa actividad de la imaginación. En el primero, un autor va alineando palabras que cuentan una historia y describiendo estados psíquicos. A partir de esas palabras, el lector del texto, irá creando en su propia mente las escenas y sentimientos que despiertan el guión que el autor escribe. Los dos se dejan llevar, en diferentes tiempos, por el juego imaginativo en la ficción.

2-  ¿Cómo cree Ud. que influye la Literatura de ficción  en el trabajo del Psicoanalista?

La ficción nos permite vivir nuevas experiencias y las personas que ella crea pueden tener más realidades en nuestras mentes que esas que existen en la realidad. Algunas mujeres de la burguesía carioca de la segunda mitad del siglo XIX ¿Tendrán existencias más reales en nuestras mentes que  Maria Capitolina, “Capitú”, nacida de la fantasía de Machado de Assis en su libro Don Casmurro?… Estamos influenciados permanentemente por las existencias que vivimos a través de personajes creados por autores de ficción. Identificados con ellos, nos embarcamos en mundos diversos al que vivimos…Será un escape de la realidad, pero nuestros horizontes se expanden en nuevos conocimientos psicológicos. La oscuridad de nuestros afectos, encuentra en las palabras un nombre y claridad en nuestra conciencia. Allí es donde mejor  nos conocemos a nosotros mismos, vivenciando las fantasías conscientes e inconscientes que nos unen a aquellas que crean la obra de ficción o la poesía que leemos.

3-¿Qué obra o autor de Literatura lo inspiró a ser creativo en su trabajo? 

Como todo niño brasilero de mi época, que tuvo el privilegio de acceder a la lectura, fueron los libros de Monteiro Lobato, los que más me influyeron. Allí el Pájaro Amarillo me presentó un mundo, desde la mitología griega hacia las innovaciones de la Reforma de la Naturaleza de Emilia, que posibilitó armar metas, de un deseo transformador de las frustraciones propias que tiene la realidad. Todos cargamos en nuestras mentes un bagaje literario armado desde lecturas que vamos privilegiando a lo largo de los años. Después, en mi caso, vestí los trajes de héroes de Julio Verne en sus exploraciones, viví las desgracias y felicidades de David Copperfield y otros personajes de Dickens. Y fueron apareciendo Tolstoi y los rusos, Bernard Shaw, representando al socialismo y la nueva mujer, ya anunciada en los inicios del siglo XX. Erico, Machado, Borges y tantos poetas que iluminan, en la síntesis de sus palabras, desvíos ocultos de nuestros sentimientos. Todos guardamos en nuestras mentes una biblioteca de ficciones y poesías. Es en esos personajes, que se convierten en personas, donde surge también el trabajo del psicoanalista, como un insight de algo que no estaba siendo percibido. Puedo nombrar algunas experiencias. En la sesión de una analizada, mis interpretaciones focalizaban repetidamente la relación transferencial, sin ningún efecto.  Entonces surge en mi mente un párrafo de la escritora norteamericana Mary McCarthy. En su novela, el personaje, niña católica bien educada, comienza a analizarse con un psicoanalista europeo exiliado. Con mucho humor, la autora relata lo que sucede: la niña cuenta un paseo con todo los detalles, describe un campo de trigo, una casa, el cielo, el analista interpreta repetidamente que todo se relaciona con el análisis….el recuerdo me hizo darme cuenta de cuánto había caído en el desvío de la llamada “mi interpretación” automática y sin creatividad. Entonces, aquí retomo la pregunta del inicio sobre la creatividad en el trabajo analítico. ¿Una Obra que Inspira?… En una Obra psicoanalítica pensaría en La interpretación de los sueños. ¿Inspiración en Literatura? Apuntaría a Alicia de Lewis Carroll en sus viajes en búsqueda de lo Inconsciente. Por su completa libertad en la asociación de ideas, por su valentía ante cualquier censura, por su valor polisémico con la palabra abierta en todos sus sentidos. Por ser un poema completo de lo absurdo de la condición humana, que puede ser leído tanto hoy como mañana.

Me gustaría tener en el trabajo analítico, la misma profundidad, perspicacia, y ligereza que estos autores tienen en su obra literaria.

Tiago Mussi

tiagofrancoh@gmail.com

                                                                       Traducción al español de: Maria Alejandra Giraldez y Veronica Vigliano

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