Detalle de la portada del libro “La Mujer Zurda”, de Peter Handke
“Pienso que la literatura sabe en secreto, eso que nosotros estamos llegando a descubrir por medio de la psicoanálisis”.
Andrea Escobar Altare es Psicóloga, Especialista en Psicología clínica y Magíster en Psicología, Especialista en Creación Narrativa y Magíster en Creación literaria. Psicoanalista, Miembro titular de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis. Secretaria General de Fepal en el periodo 2014-2016. Directora de la Carrera de Psicología de la Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá.
Entrevistada por Tiago Mussi (tiagofrancoh@gmail.com)
1 – ¿Cuál es la relación entre Literatura y Psicoanálisis?
Considero que el Psicoanálisis y la Literatura se ocupan del mismo sujeto de estudio, pero seguramente con algunas metodologías distintas. Nos valemos, en todo caso, del pensamiento clínico para adentrarnos en las posibilidades de indagación en torno a un sujeto en psicoanálisis; la literatura, desde mucho antes que el psicoanálisis, decidió adentrarse en el sujeto con sus propias coordenadas de navegación: creativas, inmensas, sin muchos límites más allá de la lengua -incluso exigiendo “más” a la lengua-. Hoy lo seguimos encontrando todo el tiempo; el escritor plantea un juego a la lengua, y la va forzando a cruzar los límites para que se atreva a decir cada vez más. El psicoanálisis -con otros métodos- sin duda llevó a que el sujeto hablara por fin en diversos tonos acerca de sí mismo. Es allí, cuando llegamos a la frontera del método clínico que pensamos conocer, que en todo caso invocamos a la literatura para que nos “eche una mano” con el puente que nos falta terminar de trazar para llegar al entendimiento. A veces pienso que la literatura sabe en secreto, eso que nosotros estamos llegando a descubrir por medio de los métodos psicoanalíticos.
Desde la epicrisis del historial de Elisabeth Von R, el mismo Freud así lo entrevé: “No he sido psicoterapeuta siempre, sino que me he educado, como otros neuropatólogos, en diagnósticos locales y electroprognosis, y por eso a mí mismo me resulta singular que los historiales clínicos por mí escritos se lean como unas novelas breves, y de ellos esté ausente, por así decir, el sello de seriedad que lleva estampado lo científico. Por eso me tengo que consolar diciendo que la responsable de ese resultado es la naturaleza misma del asunto, más que alguna predilección mía; es que el diagnóstico local y las reacciones eléctricas no cumplen mayor papel en el estudio de la histeria, mientras que una exposición en profundidad de los procesos anímicos como la que estamos habituados a recibir del poeta me permite, mediando la aplicación de unas pocas fórmulas psicológicas, obtener una suerte de intelección sobre la marcha de una histeria” (Pág.174).
2 – ¿Cómo influye la Literatura de ficción en su trabajo como Psicoanalista?
Soy ante todo una buena lectora: además de leer por el placer que me produce hacerlo, me gusta pensar en el proceso de creación de los escritores que termino explorando. Por un lado, me interesa mucho analizar el método de la creación de la obra; la poética de la narración que construyeron los autores; algo así como la arquitectura de sus obras. Saber por ejemplo, que las arquitecturas de Poe estaban milimétricamente pensadas antes de ser compuestas, que Eco decía que partía de la evocación de algunas imágenes para comenzar a escribir; Gabriel García Márquez bebía directamente del Caribe colombiano y los ritmos de la narrativa oral para iniciar su trabajo; Faulkner cambiaba de narrador para ampliar el foco sobre la situación en la que se centraría; Kundera pensaba siempre en novelas con construcciones de máximo 6 capítulos, entre otros. Al leer las clases de literatura europea de Nabokov, nos invita no solo a realizar toda una cartografía de la obra en dónde siempre está presente el contexto histórico y social en el que se desarrolla, sino que nos pide que le sigamos la pista a la mente del escritor. Las posibilidades de la creación narrativa son todo un campo de exploración en el nivel de la poética: arquitectura, imágenes, puntos de partida, ambiente, coordenadas de la obra, son algunos de los elementos que me deleitan a la hora de leer. Es a la vez, un trabajo de análisis y un deleite el hecho mismo de la lectura. Creo que la conjugación de estos dos elementos alimentan mi trabajo cuando estoy analizando.
La creación narrativa en novela, cuento, poesía, ensayo y crónica, le ofrecen al lector diferentes posibilidades de exploración: el ritmo sostenido de una historia total, la eficacia creativa de los escritores de cuentos, la sensibilidad de los poetas y las fronteras de camino entre la realidad y la ficción de los escritores de crónica -en Latinoamérica tenemos magníficos exponentes de este género también-, siempre hacen parte de mis días: para trabajarlos, para explorarlos, para acompañar mis días, por la fascinación que me produce leer, por el deleite de acercarme a la mente de un creador.
3- ¿Qué obra o autor de Literatura le inspiró a ser creativo en su trabajo?
He leído desde que era una niña, y me parece más bien que, en diferentes circunstancias de la vida he buscado respuesta e incluso encaminado algunas de mis búsquedas por senderos que muchos autores de literatura ya habían explorado -e incluso habían descubierto algunos de los caminos conducentes a más interrogantes-. Me impresiona la capacidad de adentrarse en la “sangre” del ser humano que planteaba en cada uno de sus libros José Saramago, Ernesto Sábato -sus libros, sus ensayos, sus posturas políticas, su coherencia-, son una lección todo el tiempo para mí. JM Coetzee es capaz de plantear en cada uno de sus libros los grandes dilemas del ser humano y te muestra en sus personajes todos los puntos de vista que te llevan a preguntarte por tu postura ética -me encanta el personaje de Elizabeth Costello, por ejemplo-, Horacio Castellanos Moya hace un llamado constante a los problemas de clasismo latinoamericano en todos sus libros, Gabriel García Márquez te muestra en cualquiera de sus obras que a pesar de los olores y colores del Caribe, aquí seguimos en nuestra profunda soledad; Mircea Cartarescu, por ejemplo, intenta llevarte a una exploración entre la vigilia y lo onírico en cada uno de los pensamientos y experiencias de sus personajes. Podría seguir escribiendo acerca de autores, obras y circunstancias: creo que me inspiran todos a ser creativa en la medida en que me exigen que no mantenga posiciones cómodas y simplistas ante la vida; que la trampa siempre esta ahí y que ellos son una especie de acompañantes en los viajes de descubrimiento con rutas más a fondo, más peligrosas, más exigentes, más honestas.
4- ¿Cuál es la función de la literatura en tiempos de aislamiento social?
En tiempos de aislamiento, la literatura nos presenta esos mundos a los que nos anclamos y esas búsquedas que podemos mantener si aceptamos los viajes que nos proponen. Yo siempre cargo algún libro de narrativa conmigo -la elección va cambiando de acuerdo con algo que estoy buscando, sin tenerlo siempre claro-. Pero también quiero decir algo: la literatura nunca se impone; no hay forma de “enseñar” a leer literatura; es algo que trae disfrute y exigencia de trabajo analítico, o no. En esa medida, es importante que aquellos que encuentran unas fuentes de descubrimiento en los libros de narrativa, se sostengan en estas búsquedas. Por otro lado, si simplemente no te apetece leer, no lo hagas. Esperemos que el aislamiento social empuje a cada uno de nosotros a encontrar sus propios caminos posibles.
5.¿Recomendaría algún autor o libro a los lectores durante la cuarentena?
Va una elección bastante libre de la narrativa que ando leyendo en estas épocas de aislamiento obligatorio -para el lector de estas palabras, es importante que sepa que llevo más de 53 días dentro de mi apartamento, con muy pocos tiempos para salir; de ahí lo disruptivo de la elección que le presento: a) El Enigma de la Luz, de Cees Nooteboom: es un viaje del escritor por la visita que hace a algunas obras de arte en museos de diferentes países del mundo. Cada capítulo nos narra su llegada a una ciudad determinada, la búsqueda del museo y el encuentro de la obra de arte y lo que esta produce en él; b) La Mujer Zurda, de Peter Handke: la protagonista de la historia, decide terminar con su pareja; su mejor amiga, su hijo y otros conocidos la observan con perplejidad: ella decide tomar un trabajo en una editorial y a partir de ese momento vamos a comenzar a entender de dónde proviene su decisión, c) los diarios de Sandor Marai: se tratan de la disciplina de la lectura y las preguntas de su vida, en medio del acompañamiento a los últimos meses de la vida de su esposa, d) Renacida; uno de los diarios de Susan Sontag: nos adentran al trabajo y análisis literario con rigor a lo largo de sus años de juventud, que se entreteje con diferentes episodios de la entrada a su madurez, e) Desierto Sonoro, de Valeria Luiselli: es una fascinante novela acerca del viaje que emprenden una pareja con sus dos hijos, en busca de las historias en que trabajan cada uno: por un lado, los relatos en torno a los niños latinoamericanos que intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos para reunirse con sus padres; y por otro, los rastros del último pueblo indígena en medio del desierto. La pareja va leyendo libros de literatura, guías de viaje y mapas, al mismo tiempo graban sonidos y recogen sus voces y pensamientos a lo largo del trayecto. Escuchan música – Space Oddity de Bowie se lleva una parte de los créditos-, también, nos hablan de la historia de la pareja. Y bueno, como todas las listas; esta es mi pequeña recomendación personal para estos días.