Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA)
Instituto Universitario de Salud Mental. Departamento de Investigación (IUSAM)
EDUCREANDO BINACIONAL (Italia Argentina)
DOS INVESTIGACIONES: VIOLENCIA EN LA ESCUELA y ACOSO ESCOLAR
Autoras: Mag Lic.Isabel Mansione y Dra. Diana Zac
El conocimiento está en los hechos: investigaciones para el cambio
“Nos peleamos cuando no nos cuidan”
(un estudiante de escuela primaria)
El equipo binacional e interdisciplinario de profesionales de Argentina e Italia desde hace más de veinte años lleva adelante proyectos en la comunidad e investigaciones en escuelas. En esta oportunidad presentaremos dos de las investigaciones sobre violencia. En Argentina avalan nuestro trabajo la Asociación Psicoanalítica de Bs As (APdeBA) y el Departamento de Investigación del Instituto Universitario de Salud Mental (IUSAM)
Colaboran en los proyectos e investigaciones profesores de Institutos Superiores de Formación Docente de la Provincia de Bs As, inspectores, docentes, directivos, estudiantes, sociólogos y antropólogos especialistas en metodología.
Trabajamos desde la idea que la teoría está inmersa en los hechos y son los actores sociales la fuente en la que hay que buscar el conocimiento acerca de lo que sucede. Mediante un exhaustivo análisis del trabajo en territorio, construimos información que aporta a la Prevención de la Salud Integral.
VIOLENCIA EN LA ESCUELA. INVESTIGACION CUANTI CUALITATIVA
.- La frase documentada arriba da cuenta de la forma en que los niños sienten la violencia que les genera la “ausencia” de la persona que se necesita y se espera encontrar en el lugar en el que se la suele encontrar. Vemos que conocen de su necesidad de que un cuidador adulto los ayuda a regular la hostilidad propia de todo ser humano, ya que aún no pueden hacerlo por sí mismos. Desde las propias teorías de los niños recogemos sus vivencias acerca de que los limites pueden significar protección y cuidado de la vida.
Estamos comprometidos en transferir estos conocimientos para beneficio de la comunidad, teniendo la escuela como centro por su amplio efecto multiplicador ya que llega a la mesa familiar con una fuerza pocas veces explorada.
Hemos realizado varias investigaciones acerca de la “Violencia en y de la escuela” y con la experiencia adquirida en el campo de trabajo es nuestro objetivo promover un cambio de mentalidad para una educación renovada, que incluya el registro y elaboración de la experiencia emocional del docente y del alumno, en los grupos de aprendizaje. Es la finalidad construir mayor confort en los vínculos.
.-La escuela como institución es el escenario adecuado para la prevención de la salud integral en las interacciones. Hemos detectado que es en parte por eso que allí muchas veces la violencia se externaliza, esperando encontrar un continente y un alivio a las tensiones que subyacen.
La escuela puede ser un amortiguador en las situaciones de riesgo, proponiendo posibles soluciones que incluyan una salida esperanzada hacia el futuro, a través de relaciones gratificantes.
Acordamos con M. Hoffman que el crecimiento humano requiere de un ambiente facilitador dado por el respeto del ser más maduro hacia el ser en desarrollo. Esto significa para la escuela y la sociedad modificar el paradigma tradicional de que sea el niño el que debe respetar al adulto.
.- Para colaborar con ese ambiente facilitador la docencia necesita incluir la concientización de la emocionalidad propia y del otro que permite de modo óptimo proseguir el desarrollo humano obstaculizado o interrumpido y deviene motor motivacional para el cuidado de la salud integral.
En las profesiones que trabajan con personas el contacto cotidiano representa un contexto que sin los recursos adecuados puede generar riesgo para la salud, disconfort, malestar, incluso estrés y/o depresión.
Una investigación del equipo argentino se realizó en los niveles inicial, primario y secundario en escuelas del conurbano bonaerense y CABA, con un muestreo intencional (en cada nivel se realizaron 90 entrevistas a estudiantes que totalizaron 270 entrevistas, en cada nivel 30 a padres que totalizaron 90, 60 a docentes y residentes que totalizaron 180 y 30 0bservaciones de horas de clase que totalizaron 90).
Se utilizó la metodología del “incidente crítico”, que permitió identificar “interacciones violentadoras”, que llamamos así por su impacto agresivo sobre la intersubjetividad en los participantes y su entorno. Fue una investigación aprobada por el Instituto Nacional de Formación Docente (Resolución Nro. 1271). Dichas interacciones son:
- Invisibilización o hipervisibilización del tema, del problema o de las personas. Es tan violento desertar de pensar a alguien como pensarlo equivocadamente
- Descontextualización del hecho y de las vivencias, o sea los sujetos no registran una secuencia en la que ocurre el acto violento y por tanto no pueden aprender de esa experiencia
- Interacciones sin registro vivencial de las emociones suscitadas en los vínculos, lo que podríamos llamar “analfabetismo emocional”
- Interacciones en las que se miente, no se soporta la frustración y no se repara lo dañado
- Interacciones en contextos donde no se puede sostener “una sana autoridad”
- Desacople entre normas y prácticas, las normas existen y no se cumplen
- Decepciones cruzadas porque ni el alumno ni el profesor son enteramente lo que la otra parte espera, no soportándose la ausencia de lo que se desea
- También es violencia dejar solos a niños y jóvenes sin intervenciones comunicacionales adecuadas que acompañen la maduración.
INVESTIGACIÓN SOBRE ACOSO ESCOLAR
Esta investigación, acerca de las representaciones sociales del acoso escolar, se realizó en ambos países y focalizó en como entienden el acoso escolar los propios niños y adolescentes (en la franja etaria entre 8 y 14 años), en base a un cuestionario con preguntas abiertas y otras de elección múltiple. Algunas de las preguntas indagaban las causas percibidas por ellos como motivadoras y sostenedoras del acoso escolar, y otras referentes a la autopercepción y a cómo son percibidos por los otros. Los cuestionarios de la muestra intencional fueron anónimos. Fueron incluidos en la investigación 150 estudiantes de cada país.
Queremos hacer notar que nuestro paradigma es investigar con la escuela y no a la escuela, promoviendo una actitud de participación activa y autoconocimiento del docente. Esto requiere la construcción de una arquitectura de la colaboración para promover una presencia afectiva volitiva y transformadora del cuidador adulto lo que permitirá la elaboración simbólica de situaciones vitales, desde un enseñante intérprete atento a la intersubjetividad.
Del análisis cualitativo surge que la primera respuesta de niños y jóvenes resulta complaciente con la mentalidad del adulto, cuando dicen “pensamos antes de actuar” o bien “consultamos con otro”, porque es lo que en cada país se ha sugerido desde las horas de clase como la conducta deseable
Solo un 15% de estudiantes reconoce la impulsividad en tanto que los adultos ven un número mucho mayor de niños impulsivos y lo ven como la causa principal de la violencia.
Por un lado, estamos observando el peso de la opinión del cuidador adulto en el espacio mental de niños y jóvenes, quisieran ser como el adulto espera que sean, respondiendo a la expectativa y lógica del cuidador. Por otra parte, observamos una cantidad de niños y jóvenes que pueden considerarse impulsivos, ellos se sienten más libre de expresar su genuina lucha interior entre lo que son genuinamente y lo que desearían racionalmente ser acorde con la expectativa del adulto. Estas tres modalidades de respuesta: pedir ayuda, pensar antes de actuar y actuar impulsivamente, dan cuenta en parte de la vivencia y de la experiencia acerca de que el aula es un lugar seguro donde mostrar la lucha interior de niños y jóvenes con sus impulsos, contando con el cuidador adulto como aliado en esa lucha por entender/ser. Está buscando comprender el mundo y comprenderse a sí mismo.
Tomando en cuenta esto trabajamos con los docentes para que se constituyan en intérpretes de los comportamientos desde una lectura que pone el acento en la demanda de cuidado y confianza, que suele quedar encubierta y desmerecida por la impresión inicial que causa el acto violento
En base a estos insumos hemos diseñado un método que hemos llamado de “la intersubjetividad transformadora”, el cual está dando muy buenos resultados medidos mediante una Evaluación de Impacto. En la misma se pudo apreciar que disminuyeron los episodios de acoso, se amplió la capacidad de escucha y autocontención de los estudiantes y docentes, y se jerarquizó el modo en que fue transmitido el conocimiento, mediante una experiencia vivencial y reflexiva