El Carnaval es una fiesta que se celebra en diversas partes del mundo y el Proyecto Cultura Puente entre Lenguas pretende mostrar los reflejos de esta festividad en diversas partes de la América Latina colonizada.
El carnaval fue traído a Brasil por los portugueses entre los siglos XVI y XVII. Una de las primeras celebraciones del carnaval fue el entrudo, una fiesta de origen portugués, que en el Brasil colonial era practicada por los esclavizados. Más tarde, hubo cordões y ranchos, fiestas de salón, corsos y escuelas de samba. El afoxé, el frevo y el maracatu también pasaron a formar parte de la tradición del carnaval brasileño.
La palabra carnaval tiene su origen en el latín, “carnis levale”, cuyo significado es remover la carne. El significado está relacionado con el ayuno que debe realizarse durante la Cuaresma, periodo que comienza justo después del Miércoles de Ceniza, y también con el control de los placeres mundanos.
En Brasil, el carnaval deriva de la mezcla de las culturas africana, indígena y europea. En cada región del país las celebraciones del carnaval tienen sus propias características. Mientras los cariocas desfilan en carrozas al sonido de los temas de las escuelas de samba, Bahía salta detrás de los trenes eléctricos. En Recife y Olinda, el bullicio se llena de frevo, una música alegre y animada que atrae a multitudes a sus calles y laderas.
El carnaval es uno de los acontecimientos populares más democráticos del país, que permite la participación de todos los segmentos de la sociedad. Mediante el uso de disfraces y manifestaciones públicas populares, se pierde un poco de la individualidad cotidiana de las personas y, dentro de la alegría de la música y de la danza, se experimenta un cierto sentido de unidad social, donde se tiende a dejar atrás las limitaciones de la vida y a dedicarse plenamente al principio del placer.
La próxima semana hablaremos del Carnaval en otros países de América Latina.