Palabras de Fernando Orduz

Uno de los legados que deja el planteamiento psicoanalítico en torno a la sexualidad infantil, mas allá de su descubrimiento, fue la nominación de polimorfo-perverso. Esta enunciación sobre lo infantil funda una comprensión y una forma de ver lo inconsciente que nos adentra a una disposición de lo humano donde la forma unitaria y universal es puesta en entredicho.

Si dejamos de lado la definición de lo perverso ligado a lo patológico y buscamos la forma múltiple (poli-morfa) de su significación rompiendo la palabra en unidades mas pequeñas, encontramos que lo per es un prefijo que potencia o intensifica el valor de la palabra a la que está unida. Per-versión sería, entonces, aquello que intensifica los diversos sentidos, las diversas posibilidades, el verso y sus versiones.

Este juego con las palabras lo planteo para introducir que nuestro universo esta constituido por una variedad, por una diversidad, por una multiplicidad de formas y versiones que hacen que la idea de una identidad este puesta en tensión permanente.

Nos debatimos entre lo uno y lo otro, entre las definiciones institucionales y la múltiple singularidad de lo humano. Federar, trabajar en grupo, asociarnos, implica la idea de una unidad que continuamente está puesta en juego por la diversidad que nos constituye, por lo per-verso/poli-morfo.

Entre la tendencia homogénea y normatizadora de la institución y la heterogénea diversidad de sus integrantes, se da esa tensión que dinamiza toda organización social.

Mas allá de los entornos geográficos, Fepal es un territorio en el que transitan diversas formas de entender lo psicoanalítico. En ocasiones nos asentamos como grupos sedentarios dueños del territorio, en otras como tribus nomádicas que pasan por el territorio cada cierto tiempo, por momentos somos egos que deambulan por el babélico espacio. Ese recorrer diverso es el que va tramando la urdimbre de esa espacialidad institucional.

Por momentos reconozco una discursividad en la que la imagen se hace unitaria, hablamos de un nosotros (Latinoamérica). Pero es una imagen unitaria que habita al interior de cada ego, hay tantas visiones de ser latinoamericano como de ser psicoanalista.

La metáfora de la nube, que Lyotard retoma de Calvino, sirve para pensar que de alguna manera el proceso de pensar y dialogar entre nuestras diversidades va construyendo de manera permanente formas múltiples de congregarnos.

El psicoanálisis como pensamiento que emerge en la modernidad de alguna manera está enmarcado en la dinámica de identidad, crisis, transformación. La institucionalidad moderna esta signada por este devenir permanente.

Fepal como espacio podría homologarse al entorno urbano de una ciudad, con la plaza central que nos legó la colonia española como centro geográfico pero con las fuerzas centrífugas que jalonan procesos en diversos sentidos cardinales y que en ocasiones dejan al centro como espacio de nostalgia. Tanto se da este movimiento que muchas veces habitantes de un sector de una ciudad moderna no conocen otros sectores de la ciudad (Los del barrio Bion, desconocen el barrio Lacan o el de Winnicott, y por momentos vamos de vez en cuando a la vieja plaza central freudiana). Los espacios virtuales como las ciudades modernas se habitan a partir de los recorridos, y hay tantas formas de habitar y recorrer una ciudad¡

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